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“Ya me cansé”… “Llave maestra” para una salida
 


 

 
 
Por Luis Bustos

EnEstaHora

 

Conocí al licenciado Jesús Murillo Karam, hace muchos años, concretamente en 1988, en el seno de la Comisión Federal Electoral, que revisó y aprobó la elección presidencial de Carlos Salinas de Gortari, bajo la presidencia de Manuel Barlett Díaz, en ese tiempo secretario de gobernación.

 

Mi presencia ahí era de observador, “mirón” pues, ya que en esa época, fungí como  presidente del PRI en el XXX Distrito Electoral del Distrito Federal, en donde, en esa elección, por cierto, salió triunfador Don Mario Vargas Saldaña, ilustre veracruzano, dueño de una enorme cultura política y conocedor de todos los entre telones de la política nacional… Uno de mis mejores jefes y maestros.

 

Volviendo a Murillo Karam, formaba parte de un equipo priísta de defensa de la elección de Carlos Salinas de Gortari, integrado por  Patricio Chirinos Calero, Fidel Herrera Beltrán, Miguel Ángel Yunes Linares  y David Jiménez, entre los que recuerdo… Ahí había tres veracruzanos…. Por el senado de la república, su representante era, el también veracruzano, Manuel Ramos Gurrión.

 

Ahí vi por primera vez a Murillo, lo conocí como gente inteligente, pensante, hábil, conocedor de las leyes y procedimientos… Un político destacado, rápido de reacción.

 

26 años después, lo observo como un fiscal inteligente, pensante, hábil, conocedor de las leyes y procedimientos… Un abogado destacado, pero lento en su reacción.

 

Hace unos días escribí en este mismo espacio un artículo que titulé “Ya es hora señor Procurador. Ya no le dé aliento a los “Pejetrones”, en referencia a que hacía falta, a que era necesario, que se supiera algo de la investigación y que, se transparentaran, hasta donde fuera posible, los procedimientos, ya que el paso de los días hace más pesada la losa de padres, familiares y compañeros de estudio de los 43 desaparecidos.

 

Efectivamente, como lo percibimos en ese entonces, han ocurrido los hechos… Las palabras de Murillo parecen desgastarse con el tiempo y, lo peor, las victimas le han perdido confianza y sus palabras, para ellos, no tienen credibilidad.

 

Que quede claro, no estamos diciendo que el procurador diga cosas sin sustento, menos que sean mentiras, pero, todo hubiera ido por mejores rumbos si hubieran involucrado a representantes de las víctimas en algunas etapas de la investigación, especialmente en los momentos de las declaraciones de los hoy confesos y, también, de la pareja de Iguala, ya que eso habría permitido que accedieran a información clave de manera directa, sin tiempos de por medio, que es lo que los hace pensar en que no es verdad.

 

Esa representación de los padres presente, escuchando a los criminales y presenciando la reconstrucción de los hechos, hubiera ido permeando entre el grupo de afectados, el resultado presentado.

 

Pero, sus propias palabras: “Ya me cansé”, muestran a un fiscal que, efectivamente debe de estar cansado por tantos días y horas acumuladas, quizás sin dormir y, cientos de hojas que leer, muestras de laboratorio que conocer, testimonios crudos, casi inverosímiles,  que provocan nauseas, efectivamente, deben de producir cansancio y hastío en el ser humano, pero,  eso, definitivamente, a las víctimas y a México entero no le interesa, lo que a todos nos mantiene en expectativa es saber, con certeza qué fue lo que pasó y cuál es el destino verdadero de los 43.

 

Por eso, Murillo, de ser una pieza importante en el gabinete del presidente Peña, pasa a ser una figura desgastada con destino a una remoción…. Remoción quizás no justa, pero si necesaria y conveniente, a fin de darle oxígeno puro a la relación estado-victimas.

 

A la mejor me estoy adelantando, pero, Peña debe de aprovechar las muchas horas de vuelo a China, para pensar y reinventar a su gabinete de seguridad, fundamentalmente en la cabeza, con la finalidad de contar con un político que sepa de la implementación de los hilos y mecanismos para buscar la gobernabilidad, dejando de lado, al amigo, que si no lo ha hecho mal, quizás, pudo haberlo hecho mejor.

 

En este silogismo se encuentra el presidente, para que en base a la lógica, encuentre la fórmula de devolver al país la tranquilidad y paz social, tan anhelada por todos, o cuando menos por la inmensa mayoría de mexicanos que no vemos a la violencia como alternativa de convivencia social.

 

Son tiempos de relevos y la llave que lleva Peña, se la dio el propio Murillo, con su ya muy famosa frase: “Ya me cansé”.

 

 

@EnEstaHora
 

 

 

 

 

 

 


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