México
entero está agraviado… No se queda uno fuera de ese sentimiento que atrapa las
tripas y enfría las manos… Nadie, absolutamente es ajeno al dolor de las
víctimas de Ayotzinapa.
Hoy,
no es válido que algunos actores de la política nacional se quieran aprovechar
para llevar “agua a su molino”… Como tampoco vale la indiferencia y la
complacencia… Por eso, ante el dolor de unos padres sin hijos, de una escuela
sin alumnos y de una sociedad sin algunos de sus socios, es de suma importancia
la reflexión que conduzca a la serenidad de los ánimos y construya una
convivencia en orden y respeto… Sin duda, el dolor es grande, como grande es
Guerrero y como lo es México entero.
Ante
todo ello, quienes de alguna manera son líderes de opinión o encabezan una
causa social o política, deben de acudir a un llamado de todos por todos y con
sabiduría poder escuchar al de enfrente y, desde luego, hacerse escuchar por
los demás.
Este
llamado debe ser del centro hacia la provincia y de ésta hacia el centro… Del
gobierno federal a la sociedad civil, de los partidos a los empresarios y de
estos, a la sociedad en general… Debe ser la suma de uno más otro, no la
adhesión de uno al otro, es suma de sumas, hasta construir una gran pirámide de
opiniones y acciones que logren edificar a un
México unido contra la delincuencia… Un México, perfectamente unido,
identificado, comunicado y entendido de un lado hacia el otro.
Un
México en donde los partidos políticos no polaricen, sino que hermanen
propósitos y sumen voluntades… Un México en donde lo primordial no sea lo
electoral, no en este momento…. Un México de voces claras y transparentes en
donde Anaya tenga el mismo rol que Navarrete o que Camacho, en donde De la Medina,
Duarte o Sandoval, estén a la par de Mancera, Graco o Moreno Valle; en donde
Peña escuche a Juan Pueblo y haga que su voz se oiga en todo México, para que
todos, sumados de uno en uno, andemos el mismo camino y encontremos la misma
salida a este estado de cosas que agrian la vida nacional.
Un
México en donde también debe de estar Andrés Manuel, pero sin odios ni pasiones
“chicharroneras”, sino el dirigente que sepa encausar a su grey por el rumbo
del orden y la serenidad, que deje de lado sus protagonismos y aires de Judas
Tadeo, porque, en estos tiempos y, a
cómo están las cosas, puede llegar a convertirse en el “lobo feroz” de la
película que estamos viviendo.
Venga
pues una voz que diga acá estoy y ven para sumarte…. También una voz que diga:
Ya te escuché y voy para que me escuches… Dos, tres, decenas, centenas, miles
de voces que digan “aquí estoy, vengo para escuchar y para que me escuches”.
Un
México que, necesariamente, sume a todos los medios de comunicación sin
distingo de que sean grandotes o chiquitos, que sume a Televisa, TV Azteca, Milenio,
Excelsior, Reforma, La Jornada, Proceso y todos los demás que desde nuestro modesto PC, intentamos que se lea,
que se escuche lo que pensamos y que es, precisamente, lo que México entero piensa, quiere, añora,
necesita: Paz… paz… paz…paz…solo eso, un México en paz.
@EnEstaHora
lubuga@hotmail.com